Me dan mucha pena ellos, a lo mejor son buena gente, porque uno de los dos, el que hacía de "malo" olía a anís "profundo", como si se hubiera tenido que tomar un par de copas para que le subiera la mala leche.
Y yo me pregunto aún qué les he hecho a esos señores si lo único que estoy haciendo es renovar (que estos del poder lo han decidido así sin consultarnos, como se ve, osea: democráticamente) la licencia que me dieron hace cinco años porque ahora, en este país tan libre tenemos que renovar la licencia cada cinco años.
Y yo me pregunto que lo de cada cinco años...quién lo decidió, a quiénes preguntaron, quiénes les autorizaron y con qué impudor se pueden presentar tocando a la puerta de alguien que tiene su ética profesional y su moral personal como muy bien clara y como muy bien estructurada.
Y yo me pregunto dónde está la libertad esa que nos traía la democracia, si ahora nos manda secuaces que te amenazan con cumplir leyes que nadie ha votado y normativas (siempre encaminadas a "mejorar" la asistencia al público mediatizadas por inventores de chismes que se aseguran una vida padre vendiendo a su amiguete fabricador de normativas un instrumento insustituible en cualquier tipo de centro)
Y yo os contesto: desde ya yo trabajaré para que mis hijos no tengan que pasar por esto, siempre nos quedará el ostracismo o una sentencia de inhabilitación o cierre, pues si, señores: ese día a lo mejor me dan el tiempo que necesito para empezar a colaborar con más gente con el fin de echar abajo este sistema democrático que simplemente repite esquemas de la Edad Media o de la Santísima Inquisición.
He dicho